domingo, 6 de diciembre de 2020

Mesa redonda “Violencia de género y machismo en la música. El caso del flamenco como hijo de sus tiempos”

El miércoles 2 de diciembre, celebramos la mesa redonda “Violencia de género y machismo en la música. El caso del flamenco como hijo de sus tiempos”, un proyecto realizado en la Universidad Pablo de Olavide a propuesta de la Oficina de Igualdad y desarrollado por la peña flamenca, dentro del Pacto de Estado contra la Violencia de Género:

https://youtu.be/1k1dfIEAAHw

En ella se habla del machismo y la violencia de género en las músicas y en el flamenco en especial, tanto en las letras tradicionales como en sus relaciones sociales. Participan en esta mesa grandes expertas y expertos en el tema, como la cantaora, compositora y productora Rosario La Tremendita, la doctora en comunicación y profesora Ángeles Cruzado, la cantaora y profesora Maite Olivares y el doctor en pedagogía y analista de género en el flamenco y sus letras Miguel López Castro.
Analizan al flamenco como hijo de sus tiempos, su recorrido desde la perspectiva de género hasta nuestros días. Hablan en el vídeo artistas dando su opinión y experiencias personales respecto al tema. El vídeo finaliza con la actuación de la cantaora Maite Olivares y la guitarrista Alba Espert, dándonos unos ejemplos de letras machistas en unos fandangos y unos tangos. La mesa redonda está moderada por el doctor Rafael Cáceres, profesor de antropología de la UPO y coordinador del Máster interuniversitario de investigación y análisis del flamenco.
Esta mesa redonda ha sido organizada y coordinada por Francisco García Rey y Salvador Arjona, presidente y vocal de actividades de la peña flamenca de la Universidad Pablo de Olavide en colaboración con la Oficina de Igualdad de esta universidad y dentro de los actos que se enmarcan en el Pacto de Estado contra la violencia de género sobre un proyecto ideado por Fernando C. Ruiz, socio de la peña.
La mesa comienza con unos vídeos donde artistas del flamenco nos hablan de sus vivencias en este sentido. Luego Rafael, como moderador, comienza presentando a los contertulios y nos introduce en el
tema de debate, hablándonos de la violencia de género en un sentido más amplio del que en principio podemos pensar, como la simple agresión física. Nos habla de otro tipo de violencia, la psicológica, la que denosta, la que infravalora, etc., violencias más sutiles que muchas veces pasan inadvertidas, algo que ya muchos investigadores llaman violencia simbólica.
Resalta que la música, como manifestación cultural que es, refleja todos los elementos de una sociedad y si en esta existen unas situaciones de desigualdad, estas se verán reflejadas en ella, sobre todo en esas relaciones de poder que siempre utilizan a las manifestaciones culturales para vincularlas a su estatus de privilegio.
Existen más estilos musicales donde se encuentran manifestaciones machistas que denostan e infravaloran a la mujer incluso en nuestros días y entre gente muy joven, como por ejemplo el reguetón o el rap, cosa que llama poderosamente la atención sobre una situación en la que aún queda mucho trabajo por hacer.
En definitiva, en todas las músicas, a lo largo del siglo XIX hasta nuestros días, la mujer ha ocupado una posición secundaria, como la que ocupaba en la sociedad, en el mercado, en la cultura, etc., y esta situación no sólo se daba en las músicas de origen popular, también se daba en las consideradas como cultas, la clásica, la ópera, etc.



A continuación, Rafael da comienzo al debate dando el paso a cada uno de los componentes de la mesa.
Tomó la palabra en primer lugar nuestra compañera Ángeles, hablando de la violencia que ha sufrido la mujer desde hace mucho tiempo, haciendo un recorrido histórico sobre esas situaciones en el mundo de la música y sus distintas formas de manifestarse, no sólo hay una violencia física, esta, se presenta en distintas formas, la económica , la sexual, algunas de ellas tan sutiles que en muchos casos pasan desapercibidas aunque no por ello menos eficaces y nos habla de una constante, la violencia simbólica.
En el flamenco también se reflejan estas situaciones de poder del hombre, donde a la mujer se la deja en unos roles muy definidos y donde la división sexual en el trabajo está muy marcada, siempre relacionándose más con la belleza y el cuerpo que con su verdadero talento artístico.
Lo preocupante del tema es que hoy en día todas estas situaciones se siguen reflejando, y lo argumenta con estadísticas y estudios en este sentido hechos entre los espectáculos de la Bienal de Sevilla, hablándonos del papel de las mujeres en el baile, el cante o la guitarra. También nos habló de otro tema como es la existencia de la brecha salarial entre el trabajo de las mujeres y de los hombres en el flamenco, donde a la mujer no se la mide por criterios artísticos. Concluye preguntando si después de todas estas situaciones ¿Cuántas mujeres artistas de verdadero nivel se han quedado en el camino?
Tomó la palabra Miguel López, agradeciendo a la peña y a la universidad la oportunidad de encontrarse en un debate de estas características y rodeado de mujeres en el mismo, deseando que estas situaciones se produzcan en todos los ámbitos sociales y culturales. Él pone al baile en el origen, donde la mujer es la verdadera protagonista, papel que con el paso del tiempo también ha ido disminuyéndose en favor del hombre, entrando este en el cante y el toque, aunque como todos los integrantes de la mesa, reconocieron ese papel tan importante que las mujeres tuvieron en la guitarra a principios del XIX.
Nos habla que en el mundo del flamenco siempre ha habido muchas mujeres con una enorme valentía, dispuestas siempre a luchar contra los convencionalismos. El hombre siempre ha tenido con la mujer en el flamenco una actitud paternalista, de cuidar de su honor y de querer enfocarla siempre al cuidado del hogar y la familia como primera opción antes que una carrera artística, donde por cierto a la mujer que se dedicaba a ella, estaba mal vista. En este aspecto nos habla de la importancia de las sagas familiares, y del transcendental trabajo que las mujeres en esos hogares hacen como transmisoras de ese arte (en nuestra peña sabemos muy bien de esto, porque tenemos un ciclo dedicado en exclusiva a las mujeres como transmisoras del flamenco). Ellas son las que enseñan a sus hijos esos valores artísticos, incluso nos cita a muchos artistas que llevan como nombre artístico el de su madre, Paco de Lucía, José de la
Tomasa, etc., lo que nos refleja la importancia que tienen y el papel tan relevante que juegan.
Siguió hablándonos sobre su trabajo de tesis doctoral, donde estudió cerca de 1500 letras, tanto antiguas como modernas, encontrando en unas doscientas de ellas distintos grados de denostación de la mujer, grados que el numera el 9 al 1, en función del nivel de denostación sufrido, concluyendo que tanto en las coplas antiguas como en las modernas se siguen reflejando esos valores patriarcales y distintos grados de ofensa y denostación de la mujer, llamándole la atención que eso siga ocurriendo en las coplas modernas, que aunque rebajen tímidamente esos grados, la nueva situación que la mujer ocupa en nuestros días no se refleja en ellas con la fuerza suficiente.
A continuación, tomó la palabra Rosario La Tremendita, que venía a esta mesa redonda en representación del recién formado sindicato de artistas flamencos, Unión Flamenca, con el que iniciamos una etapa de colaboración que esperamos en un futuro aumentar y normalizar. Tuvo unas palabras de cariño para nuestra Peña universitaria, donde dijo sentirse como en casa, ya que su padre, José el Tremendo fue fundador de la misma. Agradeciéndonos también esta iniciativa ya que es un tema que ella considera que debe tratarse y sacar a la luz.
Rosario, después de escuchar a sus compañeros de mesa, con exposiciones más académicas y técnicas, quiso enfocar su intervención a su experiencia personal como, artista y como miembro de familias de artistas. Siempre había cante en su casa y en ella ha escuchado letras antiguas donde se denigraba a la mujer y que se hacían con toda naturalidad, incluso cantadas por propias mujeres, cosa que a ella le chocaba bastante.
Ella ha vivido siempre en un matriarcado, rodeada de mujeres de gran carácter, pero que al final siempre acababan cediendo a los convencionalismos sociales de la época. Ella es también una mujer de carácter, le viene de familia y ya desde pequeña, siempre ha notado todo este mundo de dejar a la mujer en un segundo plano.
Comenzó muy joven, de concurso en concurso, donde muchas veces era la única mujer, acompañada siempre de su padre, al que agradece que no le cortara las alas en sus inquietudes artísticas, sino que, al contrario, que las apoyara poniendo en sus manos todos los medios necesarios para ello.
Ha vivido el ambiente de las peñas tradicionales y ha sufrido en sus carnes esos miedos a querer hacer cosas distintas, ella es también una gran instrumentista y siempre ha querido acompañarse de una guitarra, aunque en un principio se retraía un poco de sacarla a escena, no estaba bien visto a una mujer con una guitarra flamenca. Esto no ha sido barrera para ella y al final ha elegido su camino con una enorme valentía y determinación. Ella no se ve en un escenario sin su guitarra.
Concluyó agradeciendo a su familia y a las mujeres que le inculcaran el amor por la música y por el flamenco, sobre todo por enseñarle que este arte tiene que ser muy verdadero y que cada uno debe expresar su verdad con total autenticidad.
A continuación, vino la intervención de nuestra compañera Maite Olivares. Después de las intervenciones anteriores, donde se hicieron análisis históricos y teóricos, quiso también aportar su experiencia personal como mujer y como artista, nos habló de sus comienzos en el flamenco, en una familia con muchos hombres donde a la mujer se la trataba también de una manera muy paternalista y protectora. Nos habló de sus comienzos en el flamenco como bailaora, en una etapa en la que a las mujeres que se dedicaban al flamenco se las consideraba mujeres de “vida alegre” y que daba igual ser mujer en Extremadura, que en Andalucía, que en Cataluña, el rol de la mujer siempre estaba en un segundo plano, sin distinción geográfica ni de ambiente socio-cultural.
Ella ha trabajado mucho en los ambientes festeros, donde muchas veces la mujer necesitaba de un hombre protector, incluso entre compañeras había una competición atroz para sobrevivir en ese mundo. En su época o se era madre o se era artista, no había otra manera para las mujeres. Terminó destacando la posición valiente que la mujer siempre ha tenido en el flamenco, luchando contra viento y marea contra una sociedad que les ha puesto toda clase de impedimentos.
A continuación, Rafael como moderador nos resumía lo aportado por cada ponente y lanzó varias preguntas a los mismos para iniciar un debate que fue del todo interesantísimo y que nos dejó con ganas de más. Se habló de la aportación de los jóvenes artistas, de la actual posición de la mujer en el flamenco y del futuro.
Vino después una actuación, grabada en la Fundación Cristina Heeren, de Maite Olivares al cante, acompañada a la guitarra por Alba Espert, dándonos unos ejemplos de letras machistas en unos fandangos y unos tangos que nos dejaron el sabor del flamenco en su expresión artística y nos ponían sobre la mesa lo tratado anteriormente de una manera preciosa.





En definitiva, una mesa redonda que ha abordado un asunto necesario de tratar, de exponerlo a la luz pública y de que sirva de concienciación del trabajo que aún queda por hacer en estos temas, donde nos hemos encontrado con unos testimonios y unas opiniones muy reconocidas y de gran valor para entender la situación actual y hacia dónde debemos dirigirnos.
Agradecer a Unión Flamenca por su colaboración en la mesa en la persona de Rosario la Tremendita, a la Oficina de Igualdad de la UPO, impulsora de este evento, y en especial a Candelaria por el apoyo recibido. Agradecer también a mis compañeros de peña Salvador Arjona, por su gran trabajo en todo lo que ha sido la organización de este evento en el que he estado también acompañándolo, y a Fernando C. Ruiz, sobre cuyo proyecto original hemos basado todo el trabajo que en esta mesa redonda se ha puesto de manifiesto.

Francisco García Rey
Presidente de la peña flamenca de la UPO

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