lunes, 19 de octubre de 2020

Encuentro con María Terremoto dentro del ciclo "Las mujeres como transmisoras del flamenco"

El pasado jueves 15 de octubre celebramos el encuentro con María Terremoto. Era nuestra última actividad del V ciclo “Las mujeres como transmisoras del flamenco”, que fue suspendida en el mes de mayo por el estado de alarma y que retomábamos ahora con unas medidas de seguridad que la pandemia nos obligaba a tomar, entre ellas el no poder usar el salón de actos que durante todos estos años veníamos utilizando.

Fuimos pocos quienes pudimos asistir presencialmente pero, al menos, la actividad se retransmitió en streaming por el canal de televisión de nuestra Universidad Pablo de Olavide, a fin de que pudiera estar disponible para todo el mundo.

Comenzó el acto con una entrevista a María a cargo de nuestras compañeras de Peña, la periodista Ángeles Cruzado, vocal de comunicación y responsable del blog “Flamencas por derecho”, y Concha Prieto, responsable de la Vocalía de la Mujer en la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas, ambas grandes expertas en el tema de la mujer y el flamenco.


La entrevista se desarrolló en un ambiente muy cálido, casi familiar, y eso favoreció que la artista se sintiera como en casa y pudiera responder a las preguntas con una sinceridad y locuacidad dignas de admirar. María nos contó la responsabilidad que supone llevar su apellido, algo que ella hace con fuerza y coraje. Sin embargo, en su familia la rama artística no sólo viene por su abuelo, Terremoto de Jerez, y su padre, Fernando Terremoto. Su abuela materna, María Márquez, también era cantaora, lo mismo que su tía abuela paterna, María Soleá, y siempre ha estado rodeada de mujeres artistas que la han acompañado a lo largo de su vida y de su carrera. 


María también nos habló de los cantes de su casa, sobre todo de la seguiriya, a la que tiene muchísimo respeto, y de lo que Jerez significa en su carrera, que siempre se ha tomado muy en serio. Desde muy joven ha tenido claro lo que quería hacer y es muy consciente de que el éxito hay que trabajarlo día a día, pues nadie regala nada.

Nos contó además que, aunque tiene una buena voz, la cuida y la ejercita, pues es su instrumento, un músculo que hay que entrenar todos los días, aparte de seguir cultivando el aspecto musical, con disciplina y trabajo constante.


Refiriéndose a su juventud y a lo difícil que resulta que los jóvenes se acerquen al flamenco, considera que es más por falta de conocimiento que por otra cosa, y no entiende que en los colegios españoles, sobre todo andaluces, no se hable nada de flamenco. Esto es algo que desde nuestra peña siempre hemos revindicado, la inclusión del flamenco en el itinerario curricular de los estudios de primaria y secundaria.

Musicalmente hablando, María se considera abierta a todas las músicas y es una gran amante de la música negra, el soul, el blues y el jazz. Tampoco ve mal la fusión con el flamenco, aunque tiene muy claro lo que es la ortodoxia, algo que para ella es indiscutible. Entre sus ídolos, destacó a Pastora Pavón y la Paquera de Jerez, así como a Estrella Morente, entre las artistas actuales. También nos habló de sus experiencias en Estados Unidos y en Japón, que le han servido para ir avanzando y seguir siempre aprendiendo.


Asimismo, María destacó la importancia que para ella tienen su representante, Hugo Pérez, a quien considera familia, y su guitarrista, Nono Jero, un gran amigo a quien conoce desde niño y con quien lleva ya mucho tiempo trabajando. De hecho, lo pudimos comprobar cuando empezó su actuación, porque la compenetración entre ambos es total.

En el recita que nos ofreció, María cantó bulerías por soleá, con el sabor más puro de Jerez; tangos, con un gusto exquisito; alegrías y cantiñas, desde Cádiz hasta Córdoba; unos fandangos portentosos; y terminó por su tierra, con unas bulerías que pusieron a los asistentes boca abajo.


María, cantando, es un auténtico prodigio. Tiene una presencia y una pose que llenan todo el escenario; una voz espectacular que, sin micro, inundaba toda toda la sala; una afinación perfecta, unos bajos profundos y unos altos inalcanzables. Quienes que pudimos vivirlo en directo fuimos unos auténticos afortunados, y aplaudimos a rabiar cada cante, pues éramos conscientes de lo que estábamos viviendo.

Su guitarrista, Nono Jero, acompañó todos los palos en conjunción plena con María. Se nota que se conocen de toda la vida. Además su toque de Nono le viene como anillo al dedo a la cantaora. Nono es un extraordinario guitarrista de acompañamiento al cante, lo conoce perfectamente y siempre da su sitio al cantaor, sin estridencias, sin altibajos. Hizo un acompañamiento perfecto de principio a fin, que nos volvió locos también. 

Damos las gracias a María y a Nono por su entrega total, tanto en la entrevista como en la actuación; y también a Hugo Pérez, su representante, con quien todo han sido facilidades, comprensión, disposición, entrega y apoyo a que este evento saliera adelante a pesar de todas las dificultades que hemos tenido . Comprendo perfectamente que María lo tenga como familia, pues encontrar en este mundo a personas con ese carácter, esa bondad y esa nobleza me hace enorgullecerme de amar el flamenco. Gracias, Hugo.

En resumen, vimos a una María que nos sorprendió más si cabe en la entrevista que en su faceta artística, que ya conocíamos muy bien. Nos habían hablado de su timidez, pero de eso nada, María también es un portento hablando y, a pesar de su juventud, se expresa con un desparpajo, una contundencia y una seguridad impropias de su edad. Por tanto, pudimos comprobar que no sólo tiene una enorme madurez como artista, sino también como persona. Sabe perfectamente lo que quiere y lucha por ello con toda su alma. Tiene al toro de la vida y del cante cogido por los cuernos. Quienes estuvimos allí también tenemos muy claro que estamos ante una artista del flamenco que va a marcar una época.

Francisco García Rey

Presidente de la peña flamenca de la UPO

martes, 13 de octubre de 2020

Conferencia de Cristina Cruces sobre la Niña de los Peines

Incluida en el ciclo "Las mujeres como transmisoras del flamenco", que viene siendo una constante en la programación de nuestra peña estos últimos años, el pasado jueves tuvo lugar, en la sede de El Entramado de la UPO, la conferencia sobre Pastora Pavón impartida por la antropóloga Cristina Cruces, acreditada investigadora de la Universidad de Sevilla.

Las limitaciones impuestas por el covid-19 han limitado el aforo a tan solo 11 personas, dado el escaso tamaño de la sala. A este inconveniente se sumó un problema técnico inicial que obligó a retrasar el inicio más de 30 minutos.

La figura de Pastora Pavón, Niña de los Peines, ampliamente estudiada por Cristina, y fruto de lo cual son varias de sus publicaciones, fue pormenorizadamente descrita, con la pasión a que nos tiene habituados. Es innegable que quien escucha a Cristina en sus ponencias y conferencias puede apreciar el entusiasmo y entrega que en esta investigadora despiertan cualesquiera de las materias de estudio que aborda, y en este sentido uno de las aspectos que más me gustaron de la charla fue la palpable admiración que siente por la Niña de los Peines, en lo que se refiere tanto a su perfil humano como en su calidad flamenca.

El recorrido por la figura de esta cantaora, que estuvo a caballo entre final del siglo XIX y el pasado siglo XX, no solo incluyó los aspectos biográficos del paso de la infancia a la madurez plena, sino también otros, como los musicológicos, que nos pueden ayudar a reconocer ciertos detalles de su modo de ejecutar los cantes, tan perfectos y tan personales. Amenizando la exposición oral, pudimos escuchar breves grabaciones en las que se evidencian las influencias recíprocas entre Pastora y otros consagrados coetáneos, como Manuel Torre o Chacón, y en las que se aprecia claramente el magnífico estado de voz con que llegó a la vejez la Niña de los Peines, aspecto que fue destacado por la ponente.  Además de lo interesante y didáctica que fue la charla, hay que agradecer a Cristina el modo ameno con que discurren sus conferencias.


La velada se cerró con una breve actuación de dos promesas jóvenes que se están incorporando al mundo profesional: la cantaora Alba Martos y el guitarrista, miembro de nuestra peña, Juan Anguita, ambos formados en la Fundación Cristina Heeren. Nos hicieron la petenera (la primitiva y la de Pastora), tientos, malagueña de Gayarrito, tangos y bulerías, estilos en los que la cantaora, que cuenta con una voz muy sólida y limpia, incluyó diversas alusiones a Pastora. Nuestro querido Juan la acompañó con falsetas arriesgadas, que evidencian lo mucho que ha evolucionado como artista.

Como fin del evento, las circunstancias han suprimido el agradable encuentro, las cervecitas, la tapa compartida, las charlas con los ponentes y artistas, en fin, todo aquello que es casi lo mejor de nuestras actividades en el entramado, ¡menudo rollo! En fin, habrá que esperar tiempos futuros para recuperar esos buenos momentos juntos. Mientras tanto, salud a todos y mucha flamencura.

Salvador Arjona

Vocal de la Peña

miércoles, 7 de octubre de 2020

Presentación del libro "Pregones y flamenco", de Alberto del Campo y Rafael Cáceres

El jueves día 1 de octubre se presentó el libro Pregones y flamenco, de Rafael Cáceres y Alberto del Campo, en el Espacio Santa Clara, como actividad cultural enmarcada dentro del convenio de colaboración entre la Bienal de Flamenco de Sevilla y la Peña Flamenca de la Universidad Pablo de Olavide. Con este acto se ponía fin a las jornadas culturales que entre ambas instituciones se han ido llevando a cabo como acompañamiento cultural de la Bienal de Flamenco de Sevilla. 
 
 
La mesa de presentación contaba con los dos autores del libro, el director de la Bienal, Antonio Zoido, y la cantaora onubense Rocío Márquez. El acto dio comienzo con unas palabras de Antonio Zoido, que recalcó la importancia que la universidad tiene para el flamenco, nuestra principal seña de identidad cultural, y que el flamenco tiene también para la universidad. Ambos se necesitan el uno al otro, de esa unión saldrán cosas muy positivas y ese camino nunca se debe abandonar. También hizo mención al convenio con la Universidad Pablo de Olavide, que dio comienzo en febrero con unas jornadas compuestas por cuatro mesas redondas que tuvieron un gran éxito y que complementan culturalmente a la Bienal y al flamenco como algo más que un arte. 

A continuación tomó la palabra Alberto del Campo para dar las gracias al público que llenaba la sala por el esfuerzo hecho en unos momentos tan complicados, a Antonio Zoido por brindarle a la universidad la plataforma de la Bienal para el desarrollo de sus actividades culturales en relación con el flamenco y a Rocío Márquez por su gran aportación a que dicha presentación contara también con demostraciones cantadas de esos pregones. También hizo referencia a su compañero Rafael, con el que ya se ha embarcado en anteriores aventuras y con quien sigue trabajando en proyectos futuros. 
 
 
En relación con el libro, Alberto aclaró una duda del público: ¿qué tipo de libro es este? ¿es un libro de historia, de filología, de antropología? El libro abarca estos tres campos. Como obra histórica, los pregones llevan mucho tiempo entre nosotros y han pasado de generación en generación, como algo artístico pero de marcado origen popular, aunque hayan llegado a escenarios más cultos como el teatro, la ópera, etc. Desde el punto de vista filológico, los pregones ponen cante y letras flamencas al servicio de la venta ambulante, utilizan el ingenio y el arte para vender. Hay muchos artistas flamencos que se dedicaban a la venta ambulante, algunos incluso con discos grabados. 
 
En cuanto a su parte antropológica, hay que recordar que sus autores son profesores de Antropología en la UPO y esa parte no la podían obviar. Por eso han visitado mercados y han viajado a distintos puntos de la geografía andaluza, para tener una visión de primera mano de la obra que estaban realizando, porque los pregones no eran solo unas simples letras, sino que se rodeaban también de una especie de “dramaturgia” para intentar conseguir la mayor atención posible. Eran lo que podríamos llamar unas auténticas perfomances, donde el humor tenía también un papel muy importante. 
 

A continuación, Rafael nos contó que su libro pretendía acercarse al flamenco desde otros puntos de vista, pues los libros de flamenco casi siempre han tenido la misma finalidad: estudiar sus orígenes, ir indagando en el pasado, siempre mirando para atrás. Este libro pretende ofrecer una visión del flamenco más transversal. Nunca olvida su origen popular ni la importancia de la relación que muchos oficios han tenido con él: barberos, herreros, aguadores, carniceros, etc. 
 
Uno de estos oficios de gran importancia con respecto al tema en cuestión es el de los vendedores ambulantes, que establecen grandes vínculos entre el cante y el oficio, utilizando giros muy particulares, letras que hablan de productos en venta, y todo embadurnado de una “lírica” puesta al servicio de la transacción comercial. Los pregones han sido grandes difusores de la cultura flamenca, pues gremios como los arrieros y vendedores se movían por todo el territorio andaluz llevando estilos distintos de un lugar a otro, que de no ser así, no se habrían popularizado; poniendo de moda, palos, estilos, letras, etc. 
 
 
Los pregones también han sido los sonidos de la calle de la Andalucía anterior a los años 90, pues la actividad de la venta ambulante tenía transfondo artístico que acompañaba la cotidaneidad de la vida de esos años. Estábamos rodeados de pregones: como rezo, como información, como venta, etc. Hay un género que recogió muchísimos pregones populares y los incorporó a su repertorio, como es la copla, donde se pueden encontrar cientos de pregones, que llegan a mezclar incluso copla y flamenco. 
 
El pregón en sí no es un palo con estructura propia, sino que utiliza distintos estilos y palos. En sus comienzos se utilizaron mucho las alegrías para cantarlos, pero se han usado palos muy diferentes, desde la bulería hasta el fandango. Los pregones han estado presentes en el flamenco desde sus orígenes. Ya se cantaban en los cafés cantantes, pues se trataba de un género muy de moda en aquella época, y a principios del siglo XX muchos cantaores los incluyeron en sus repertorios. 
 

Sin embargo, la mayor difusión de los pregones se produjo gracias al teatro, que los popularizó bastante. A partir del XIX, el género andaluz o gitano los utilizo muchísimo. De hecho, los caracoles o el mirabrás no tienen origen popular sino teatral. Ahí ya se empezó a cruzar lo culto con lo popular. Muchos pregones proceden de artistas flamencos que fueron vendedores ambulantes y, aunque muchos de ellos se perdieron por su corto alcance, otros llegaron a tener mucha fama y popularidad. 
 
El acto contó con la intervención de la extraordinaria cantaora Rocío Marquez, que puso su toque artístico interpretando algunos de los pregones más populares en distintos estilos. Sus demostraciones arrancaron los aplausos del público que llenaba el auditorio y que dieron al acto un matiz sonoro que ayudaba mucho a la comprensión de lo que los pregones han significado en el flamenco y que, gracias a esta sensacional obra de Alberto y Rafael, quedan recogidos, registrados y reconocidos. Esta obra nos muestra todo un mundo paralelo alrededor del arte flamenco, a la vez que retrata muchas zonas de nuestra Andalucía, con sus formas, sus costumbres y sus gentes. 
 
Francisco García Rey 
Presidente de la Peña Flamenca de la UPO