Fue en el Paraninfo, una actividad dentro de las Jornadas
Culturales del Aula Abierta de Mayores. Sin embargo, entre la audiencia no solo
había mayores, sino también un nutrido grupo de estudiantes, a los que desde
luego hay que felicitar por el interés que mostraron.
La cosa tuvo dos partes: la primera, necesariamente más
académica, fue una charla de servidor sobre el flamenco como elemento cultural
caracterizado por la impureza: en lo social, lo ideológico, lo estético, etc.
Fue recibida con atención por el respetable, aunque allá en una de las sillas
del fondo, nuestro amigo Torombo aprovechaba para echarse una siestecita.
La segunda fue la artística. La abrió Kaveh Nassehi a la
guitarra, y siguió Laura al cante por malagueñas y verdiales. Tras un par de
cantes más, incluidos unos preciosos tangos, entró a escena el maestro Torombo
con gente de su escuela, incluido un jovencísimo guitarrista, Raúl, hijo del
gran guitarrista el Perlo. Sara López fue la bailaora principal, que levantó al
público con su baile lleno de pasión. Torombo también nos regaló pinceladas de
su enorme arte, que impresionaron a los presentes, que lo jalearon encantados.
Fue una fiesta. Una hija de Torombo cantó por alegrías, una alumna suya con
síndrome de Down se pegó su pataíta, y el maestro invitó a subir a escena a un
grupo de estudiantes para bailar por sevillanas. Se cerró el acto con una pequeña
performance del propio Torombo, que igualmente encandiló con su fuerza
expresiva descomunal.
Felicitar, desde luego, a todos los artistas: a Laura, que
tiene una voz preciosa y flamenquísima; a Kaveh, con una musicalidad
impresionante; a Sara, que sabe transmitir, y cómo; a Raúl, que está labrando
su camino en la guitarra; a Triana, Macarena y la demás gente de la escuela de
Torombo. Y por supuesto, al maestro, que supo compartir su arte y su mensaje
llegando al corazón de la gente. A todos ellos, muchas gracias. Agradecer
también a Santi, artista de otra rama, su aportación con el equipo de sonido. Y
por supuesto a Rocío y demás responsables del Aula Abierta de Mayores, que
están realizando una labor bellísima y bien hecha.Y a las conserjes, todo
simpatía e interés en el buen funcionamiento de todo. Y gente excepcional que
andaba por allí, como Quini Martín, otra Rocío (también aquí lo bueno abunda), Sebastián,
Beatriz,...
Cómo no, salieron más cosas. Así, la preciosa idea que me
planteó Torombo: en torno al mensaje de la impureza transmitido en la charla, se
podía hacer algo artístico. ¡Ole! O perspectivas de Raúl con las clases de
Kaveh.
En suma, es una alegría poder compartir la Peña con las
actividades académicas y culturales de la Universidad, que es desde luego uno
de los caminos que más nos gustan. Y un rato para aprender y para disfrutar,
que seguro va a ser inolvidable para los presentes, y que traerá, como siempre,
implicaciones positivas.
Fernando C. Ruiz Morales
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