El miércoles 12 de mayo, celebramos la conferencia de Rocío Plaza, “La mujer en la creación del espectáculo del baile flamenco. Coreografía y moda.” que organizamos junto al Instituto Andaluz de Flamenco (AAIICC) y la Vicerrectoría de Cultura de nuestra universidad.
Es
nuestra cuarta actividad dentro del VI Ciclo de” Las mujeres como
transmisoras del flamenco” en este año tan convulso para la cultura y en
especial para el flamenco. Esta actividad tuvo lugar en el edificio de
postgrado de la UPO de forma presencial para todo aquel público que lo solicitó
hasta completar el aforo permitido para cumplir con la normativa Covid de la universidad
y también fue retrasmitido por la plataforma virtual de la UPO a todo el
público que solicitó el enlace. Entre este, se encontraban los alumnos del III
Máster de Flamenco Interuniversitario sobre técnicas de análisis e
investigación en el flamenco, para los que esta actividad constituyó una de sus
prácticas.
La
conferencia comenzó con la presentación de Rocío por nuestro vicepresidente
Rafael Cáceres, profesor de antropología de la UPO y coordinador general del
máster interuniversitario en investigación y análisis del flamenco por esta
universidad. A continuación, hizo un recorrido por su numerosa formación y
larga trayectoria dentro de la enseñanza, la investigación y la gran cantidad
de trabajos y libros que tiene editados.
Rocío es Doctora en Historia del Arte, escritora y profesora de Bellas
Artes en la Universidad de Sevilla, y su conferencia trataba sobre la evolución
del traje de flamenca durante el siglo XIX, de las influencias de las modas
europeas, en especial de la francesa. Montones de anécdotas de bailarinas y
aristócratas, de románticos ingleses que viajaban por Andalucía, en definitiva,
toda una lección sobre los orígenes de un traje, el de flamenca, que en
nuestros días cuenta ya hasta con su propio salón internacional de moda, el
SIMOF.
.
Durante
esa conferencia, Rocío nos habló sobre los cambios que se han ido produciendo
en los trajes de baile para actuar en teatros, (no en la calle ni otros sitios
más populares), comenzando desde el año 1800 hasta 1900, distinguiendo en este
intervalo varios periodos en los que se produjeron transformaciones de especial
relevancia.
De
especial importancia fue el papel del Conde de Montelirios, andaluz y
benefactor de la Ópera de Paris, donde recogió parte de los bailes que en esa
época se hacían en nuestra tierra, y que en París bebieron de la moda de
aquellos años, paseándose por toda Europa y cogiendo detalles de las modas que
en esos países se llevaban en esos momentos en las grandes producciones
artísticas de la época que se ofrecían en los teatros reales, donde acudía la
aristocracia, Inglaterra, Austria, Alemania, Rusia.
Del Marqués de Salamanca, que compró el teatro del Circo y a modo de los europeos, lo convirtió en el más aristocrático de España, compitiendo con el teatro Real, antes de la terminación de este, con un espectáculo a destacar, el de una bailarina francesa, con la obra “El Jaleo de Jerez”, que pone de moda todo el vestuario francés aquí.
Esta
obra de especial relevancia, comienza convirtiendo el hasta ahora baile de
palillos y jaleos en otro, sobre todo al albur de los muchos extranjeros que
recorren España en esos tiempos, románticos ingleses sobre todo, que son los
que atraídos por su exotismo comienzan a pagar fiestas particulares y donde
empiezan a aparecer bailes que cogen mucha fama como el vito o el olé.
Son
periodos donde los trajes de baile van cambiando poco a poco consecuencia de
las modas centroeuropeas y francesa sobre todo donde el color del mismo va
pasando del negro al blanco y del blanco al rosa (muy de moda en Inglaterra).
Estos
bailes empiezan a tener unas características especiales como son la
espontaneidad de los mismos sobre todo y donde poco a poco se van incorporando
elementos a ese traje, que influyen de una manera consustancial al propio
baile, como el “miriñaque” o el “polisón” (posiblemente el precursor de la
conocida y tradicional “bata de cola”), de los recogidos de pelo, de los
mantones, de los lunares, etc.
Avanzando
en el periodo, comienzan a incorporarse los bailes de “gitanos”, que en un
principio eran jaleos, pero ejecutados de una manera más salvaje, espontánea y
cargados de mucha intensidad, caracterizados ya por varios rasgos distintivos
como son llevar el pelo suelto, hacerlo sin zapatos y llevando trajes de calle.
Habló
también de la importancia de los cafés cantantes en el último cuarto del siglo
XIX en la evolución de este traje de baile, donde aparecen las primeras mujeres
vestidas de hombre (ojo, ya en Europa ha habido hombres que se han vestido de
mujer para espectáculos de baile), y donde se ve la influencia en estos de las
modas europeas y que marcarán la dirección de la moda en los trajes de baile españoles
En
definitiva, una tarde interesantísima de la que damos gracias Rocío, por dejarnos esa magistral
conferencia, cargada de detalles y extraordinariamente documentada e
investigada y también por su amabilidad, consideración y cariño con nuestra
peña.
Agradecer
también al trabajo que desde Extensión cultural del Vicerrectorado de cultura
ha hecho Daidee para que esta actividad se haya podido realizar y al Instituto
Andaluz de flamenco por su apoyo.
También
agradecer a mis compañeros de Junta Directiva Ángeles Cruzado, vocal de
comunicación, al vicepresidente de la peña Rafael Cáceres, al secretario de la
misma José M. Díaz “Mibri”, y a al vocal de actividades Manuel González por ayudar
y acompañar a la realización del acto.
Solo
me queda expresaros a todos los socios y seguidores de la peña mis mejores
deseos, entre ellos salud, para que podamos disfrutar en vivo del flamenco y
podamos reunirnos como siempre en torno a este arte lo más pronto posible.
Francisco García Rey
Presidente de la peña flamenca de la UPO
No hay comentarios:
Publicar un comentario