El pasado jueves 15 de abril celebramos el encuentro con Juana Salazar “La Tobala”, dando así comienzo a nuestra tercera actividad del VI Ciclo de "Las mujeres como transmisoras del flamenco".
VÍDEO COMPLETO:
Este acto se realiza conjuntamente con el
Instituto Andaluz de Flamenco (AAIICC) y el Servicio de Extensión Cultural del Vicerrectorado de Cultura y Políticas Sociales de la UPO, y se desarrolla en
el formato que las normas contra la pandemia tomadas tanto por la Junta de Andalucía
como por la Universidad Pablo de Olavide nos permiten (retrasmitida en las
redes sociales, sin público presencial).
El acto tiene lugar en la
Fundación Cristina Heeren, a la que hay que agradecer que nos haya cedido el precioso teatro con el
que cuenta para el desarrollo del mismo. Esta fundación es admirable por la enorme
labor que realiza por el flamenco, nuestra seña cultural más importante, y ya en su día participó en uno de nuestros ciclos, celebrado en la universidad. Asimismo, hemos desarrollado con ellos varias colaboraciones durante estos
últimos años. Sin duda alguna, existe una enorme vinculación entre ambas
entidades y trabajamos en futuros acuerdos de colaboración que vayan siempre en
pro del flamenco.
El encuentro comenzó con una
entrevista a Juana Salazar realizada por nuestra vocal de comunicación en la Peña
Ángeles Cruzado, doctora en comunicación y profesora del Máster Interuniversitario en Investigación y Análisis del Flamenco en esta universidad.
De entrada, Ángeles nos situó en
el contexto tan difícil para la cultura, y en especial para el mundo
flamenco, que estamos viviendo para; y, a continuación, comenzó a presentarnos a nuestra
protagonista haciendo un recorrido por su larga trayectoria artística.
Juana nos habló de sus
comienzos, de como le llegó ese amor y esa pasión por el flamenco dentro
de su entorno familiar, donde destacó la importancia de las mujeres en la
transmisión del mismo. Su abuela, su madre, sus tías y sus primas, y el matriarcado que
se vivía en su casa son
todo un ejemplo de la importancia de la mujer en este arte.
Ella es la primera profesional en
su familia, aunque en la misma siempre ha habido mucho arte. Se ha sentido artista desde pequeña, siempre intuyó que tenía algo. De hecho,
desde temprana edad empezó a trabajar cantando en tablaos sevillanos como
Los Gallos y pronto también marchó a los tablaos de Madrid, como Las Brujas o
Zambra, eso sí, acompañada por su madre.
Ha cantado mucho para el baile,
acompañando a primeras figuras como Farruco, Mario
Maya o Manuela Carrasco, de quienes aprendió muchísimo y esa experiencia le
sirvió como aprendizaje para ir haciéndose poquito a poco la artista que es.
Nos habló de sus ocho discos en
el mercado, de las experiencias vividas en cada uno de ellos y de su
crecimiento artístico a lo largo de vida. En cada trabajo discográfico ha ido
evolucionando, cosa que ve muy positiva porque cada época tiene sus
particularidades y hay que vivirlas en su momento, uno no se puede
quedar anquilosado en un tiempo.
Desde sus primeras actuaciones en
los locales sevillanos pasó a realizar giras por los escenarios de medio
mundo formando parte de grandes compañías. Enre todos los países que ha visitado destacó La India, que fue el que más impacto le causó y además fue donde comenzó su
relación con el que hoy es su marido, el guitarrista y productor Pedro Sierra. De él nos dijo
que lo comparten todo y están la mayor parte del tiempo juntos, lo que considera
una gran suerte. Además, para ella es un gran apoyo, por su constante búsqueda de
la perfección, su gran capacidad de trabajo y el cuidado de pone en todos los
detalles.
Juana y Pedro son padres de tres
hijos que, aunque tienen sus inquietudes artísticas, no las desarrollan de
momento. Además, ellos lo prefieren así, porque saben la dureza del mundo
artístico y su educación ha ido en el sentido de orientarlos hacia otros caminos.
También nos confesó que se inició en el
baile flamenco tomando clase con el mismo Farruco, pero que al final se
dio cuenta que lo que le llenaba era el cante. Dentro de sus estilos favoritos, en los que se siente más a gusto es en aquellos a
los que consigue hacerlos tuyos. Le encantan la soleá, la seguiriya, los cantes
de levante y la bulería, pero donde más a gusto se siente es en los tangos
extremeños.
Juana sigue estudiando cante,
tanto de los grandes, Antonio Mairena, Camarón, etc., como de los jóvenes que
están saliendo, de todos intenta aprender. En cuanto a su estilo, considera que si algo lo define es el hacer los cantes muy personales y a su manera.
Terminó hablando de la dureza que
esta situación está trayendo a la cultura y sobre todo al flamenco, aunque
ella es positiva y cree que de esta calamidad hay que sacar lo positivo.
Vino después el recital de Juana la Tobala, acompañada a la guitarra por Pedro Sierra. Desde que apareció en el escenario, solamente andando sobre él, demostró que es pura elegancia y lo llenó con su presencia.
Comenzó haciendo unas bamberas, y
ya al inicio, con sólo entonarse, nos metió de lleno en el flamenco más íntimo
y personal. Una afinación perfecta, un quejido dulce y estremecedor a la vez y
todo con una puesta en escena radiante y sutil.
Continuó o por tientos-tangos,
en los que se apreció la personalidad de su cante. Lo hace suyo y así lo expresa,
despacio y con mucho sentimiento, con mucha verdad en él, para rematar con unos
tangos en los que ella se ve en todo su esplendor. Es un palo que domina como pocos,
se desenvuelve en él con una soltura y una facilidad admirable, pero sin perder
un ápice de la riqueza artística que atesora.
Vinieron después las alegrías,
en las que hizo un recorrido maravilloso por toda su gama de armonías y variantes,
con dominio y conocimiento perfecto de todas ellas. A pesar de la hora y de las
circunstancias, con estas alegrías llevó a todos los presentes a esos estados
que los flamencos llevamos mucho tiempo sin vivir. La fuerza y vitalidad del
cante de Juana puso los corazones en ese lugar que todo aficionado busca.
Hizo después unos tangos
extremeños, y aquí Juana entró en su terreno. Es única y muy particular cuando
los interpreta, se siente cómoda, en su salsa, parece nacida para esto. Es una
auténtica figura en los cantes festeros y los domina a su antojo. Siguiendo por
ahí remató su magnífico recital, cómo no, por bulerías marca de la casa. Dio una auténtica
lección de cómo rematar la fiesta que ya cada uno vivíamos en nuestros
adentros. Es flamenca por los cuatro costados y tiene compás para regalar. Necesitábamos
sentir algo así.
Juana Salazar, la Tobal,a fue
elegancia, sentimiento, pasión, fuerza y alegría, que en unos momentos tan
difíciles como los que que vivimos nos supieron a gloria. No se dejó nada dentro, nos regaló toda la verdad de su cante y eso nunca lo olvidaremos.
Muchas gracias, Juana.
En cada cante que Juana
interpretaba, Pedro estaba ahí, no le quitó el más mínimo protagonismo a
ninguno de ellos, al contrario, los engrandecía. Pero cuando llegaba el
momento, aparecía su guitarra con la fuerza de un ciclón o con la ternura de
una suave melodía, siempre acertando los momentos y los tiempos necesarios para
ello. Pasa de cero a cien en mucho menos tiempo del que se puede pensar, como
un deportivo, pero sin perder nunca el sentido completo de lo que está
interpretando y acompañando.
Pudimos ver los más
extraordinarios rasgeos, alzapúas, ligados y todo tipo de recursos que la
guitarra flamenca puede dar, con un toque contundente, limpio, virtuoso, efectivo,
pero siempre bello, sutil e íntimo.
Pedro es uno de los guitarristas
más completos y versátiles que existen en el panorama flamenco, pues domina
tanto el toque para el baile, para el cante o como solista, además de ser un
gran productor y, cómo no, un magnífico profesor al que admiro y con el que he
tenido la suerte de recibir clases en la Fundación, donde ejerce de profesor.
Gracias, Juana y Pedro, por vuestra
entrega, por abrirnos vuestros corazones y darnos lo mejor de vuestro arte, por
hacernos sentir también como en familia, por vuestra amabilidad y cercanía. Se
notó, como me decías por teléfono, que habíais puesto todo el cariño en este
encuentro. No olvidaremos nunca vuestro paso por la peña de esta universidad y
ya siempre seguiréis formando parte de ella.
Agradecemos también al trabajo que desde Extensión cultural del Vicerrectorado ha hecho Daidee para que esta actividad se haya podido realizar, a Samuel Carvajal que ha estado en las cámaras y realización ayudado por Rufino Bravo y a José Marín, técnico de sonido, por el fantástico trabajo que han desarrollado y por la calidad del mismo.
También agradezco a mis
compañeros de junta directiva Manolo González y Salvador Arjona por su apoyo incondicional, al vicepresidente
de la peña Rafael Cáceres, que está siempre al pie del cañón, y a nuestra vocal
de comunicación, Ángeles Cruzado, por la fantástica entrevista que realizó a
Juana, en la que descubrimos muchas novedades sobre su vida y su manera de
entender este universo, sobre la importancia de las mujeres de su familia en la
transmisión de este arte, y en la que consiguió que ella nos abriera su corazón
completamente.
Solo me queda desearos a todos
que os encontréis bien y que muy pronto podamos disfrutar en vivo
del flamenco y reunirnos como siempre en torno a este arte. Hasta la próxima.
Francisco García Rey
Presidente de la Peña Flamenca de la UPO
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