viernes, 15 de marzo de 2019

Recital de Angelita Montoya en la inauguración del I Máster de Investigación y Análisis del Flamenco


El pasado 12 de marzo, en la presentación del I Máster de Flamenco de la historia, tuve la suerte de asistir a la posterior actuación de mi admirada Angelita Montoya Rodríguez. Ella venía convaleciente de una intervención quirúrgica y era la primera vez que volvía a cantar después de la misma, y vaya si cantó, cantó como los ángeles, con una fuerza descomunal pero con un sentimiento y un pellizco que nos heló el alma a todos los que allí estábamos presentes. ¡Y es que Angelita te toca el corazón siempre! Cante de verdad, sin artificio ninguno, cante por derecho. ¡Ole tú!!!


Estuvo magistralmente escoltada por la guitarra de Fran Cortés Cazalla, un acompañamiento que a ese cante le viene como anillo al dedo, intimista, sosegado, melódico en su justo momento, pero con la fuerza y la explosión necesaria cuando el cante así lo pedía.


En conjunto, fue una noche flamenca maravillosa. A la actuación asistimos varios componentes de la Peña Sentir Flamenco de la UPO: su Presidente, el profesor de Antropología Fernando C. Ruiz, y otros miembros de la Junta, como Ángeles Cruzado y Rafael Cáceres, que presentó el Máster como coordinador del mismo.


Angelita, con apenas tres cantes, lo dijo todo. Empezó con una soleá en la que dio un paseo por los cantes de Alcalá y que a mí personalmente me dejó planchao; con letras preciosas de su cuñado, el enorme Manuel Molina, que hablaban de Alcalá y de su río, el Guadaíra, de sus molinos y de su arrabal.


Continuó con unos tangos de su casa, inconfundibles, que recordaban enormemente a su madre, "La Negra", una cantaora sin igual; y terminó por bulerías, paseándose por varios estilos con una facilidad pasmosa, pasando de la alegría al recogimiento, del recogimiento a la melancolía, de la melancolía a la belleza, y siempre recordando el estilo que su cuñado y su hermana Lole dejaron en nuestros corazones. En fin, fue una noche de cante maravillosa.


No harto con esto, tuve la oportunidad de compartir con Angelita Montoya, Fran Cortés, Patricia Garzón (su representante) y Paola Hermosín (hija de mi amigo Antonio Hermosín Solís y alumna de este primer Máster), la interesante, afable, enriquecedora y refrescante tertulia en una preciosa tasca de la hermosa ciudad de Carmona. Fue todo un lujazo estar rodeado de tan buena gente.


Paco García Rey
Tesorero de la Peña

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